La faringitis es una dolencia por la que todos hemos pasado en un momento u otro de la vida. Se manifiesta en un dolor de garganta bastante molesto y doloroso que puede hacer que ni siquiera podamos beber o comer con tranquilidad.
En este artículo queremos hablarte sobre qué es la faringitis, cómo se produce y sobretodo, qué puedes hacer para aliviar sus efectos y hacer que desaparezca. Es importante que conozcas bien esta enfermedad para que sepas enfrentarte a ella.
ÍNDICE DE CONTENIDO
¿Cómo se produce la faringitis?
La faringitis, tal como su nombre indica, consiste en la inflamación de la faringe, que se encuentra situada en la parte posterior de la garganta, entre las amígdalas y la laringe, y conecta el tubo respiratorio con el sistema digestivo. Por lo general, esta inflamación se produce por las infecciones virales que hay tras un resfriado o una gripe.
Sin embargo, en la faringitis también pueden intervenir bacterias como, por ejemplo, los estreotococos, algo que es más frecuente de lo que pensamos ya que se encuentran por miles en el ambiente del día a día y es muy fácil que nos acabe afectando al organismo especialmente en momentos en que tengamos las defensas bajas.
Resumiendo, la faringitis es la inflamación de las mucosas de la faringe, el conducto que une la boca con el esófago y que se compone de mucosas y membranas. Forma parte tanto del aparato respiratorio como del digestivo ya que lo utilizamos para respirar y para dar inicio al paso de alimentos a nuestro cuerpo.
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Tipos de faringitis
Existen varios tipos de faringitis como veremos a continuación. Es importante saber cuál de ellas padecemos para poder aplicar el tratamiento correspondiente.
Faringitis aguda
Este tipo de faringitis es muy habitual especialmente entre los niños pequeños aunque también pueden presentarse casos en adultos. Puede estar causada por virus o por bacterias, por lo que se subdivide a su vez en otros dos tipos.
Leer más sobre la Faringitis Aguda.
Faringitis vírica
Está causada por un virus que suele pertenecer al mismo grupo que los virus que provocan el resfriado común y la gripe y en otras ocasiones se trata del virus Epstein-Barr, causante de la mononucleosis infecciosa. Hay que tener precaución porque si se trata de este último caso, la faringitis puede derivar en una amigdalitis.
Este tipo de faringitis se transmite a través de la saliva, la orina, el contacto sexual y las transfusiones de sangre aunque en los meses de invierno y primavera se transmite con tanta facilidad que no son necesarios esos factores para que se produzca el contagio.
Los síntomas más comunes de la faringitis vírica o Faringitis Viral es el dolor al tragar y el enrojecimiento y la inflamación de la garganta junto con tos frecuente acompañada de carraspeos y pérdida de la voz en ocasiones. Por último, al tratarse de una infección, puede aparecer fiebre, sinusitis o incluso conjuntivitis. Debido a estas molestias, puede afectar al sueño y al hambre.
Faringitis bacteriana (estreptocócica)
La faringitis es bacteriana cuando está provocada por una bacteria que normalmente suele ser del género streptococcus de tipo A. Esta bacteria se cultiva en la saliva y es más habitual en niños y en adolescentes de hasta 18 años. También se presenta en adultos aunque en menor proporción.
Los síntomas de la faringitis bacteriana son dolor de garganta intenso, fiebre alta, inflamación de los ganglios linfáticos, obstrucción de la nariz, dificultades para respirar y aparición de placas blanquecinas en las amígdalas que a veces supuran pus.
Es importante tratar adecuadamente la faringitis bacteriana porque de no ser así, podría derivar en fiebre reumática, una enfermedad que afecta a las articulaciones y al sistema cardiovascular.
Seguir Leyendo: Síntomas de la Faringitis Estreptocócica.
Faringitis crónica
Este tipo de faringitis deriva de la debilidad de la mucosa de la faringe que hace que el organismo esté predispuesto a desarrollar esta enfermedad. Con esto queremos decir que este tipo de faringitis no está provocada por una infección al contrario que la faringitis aguda y sus dos subtipos.
Entre los factores que contribuyen al desarrollo de la faringitis crónica están el tabaco y el haber padecido alergias, rinitis, bronquitis o sinusitis. Además, también contribuyen aspectos como la falta de vitamina A o el hipotiroidismo.
Por último, también pueden afectar factores de tipo externo como la exposición al aire acondicionado o incluso el clima.
Faringitis crónica simple
Es el tipo más común. Los síntomas se basan sobretodo en la sensación de tener algo en la garganta, carraspeos, sequedad de garganta, expulsión de secreciones y molestias al tragar.
Faringitis crónica granulosa
En este tipo de faringitis crónica aparece una inflamación granulosa acompañada de enrojecimiento y secreción abundante, densa y sin color que llega a provocar incluso náuseas y vómitos.
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Síntomas de la faringitis
El síntoma principal de la faringitis y que hace que esta enfermedad sea reconocible es sin duda, el dolor de garganta, pero además, hay otros síntomas que debemos considerar para determinar que en efecto, existe una inflamación de la faringe.
- Dolor de garganta al comer o al tomar algún líquido
- Fiebre
- Fuerte dolor de cabeza
- Dolores musculares
- Inflamación de los ganglios del cuello
- Goteo de la nariz
- Escalofríos
- Sequedad en la garganta
- Aparición de placas blanquecinas con pus (cuando es causada por bacterias)
- Necesidad de carraspeo
- Molestias en los oídos
Tratamiento
En los casos en los que la faringitis esté provocada por bacterias, el tratamiento que señalará el médico estará formado por antibióticos como por ejemplo, la penicilina, la cefalexina o la amoxicilina. Es muy importante que sea el médico quien nos recete estos medicamentos y que no recurramos por nuestra cuenta a ellos sin tener el diagnóstico de un profesional.
Hay que recordar también que no todo el mundo puede recurrir al tratamiento por antibióticos debido a la posibilidad de alergias por lo que esta decisión debe estar siempre en manos de nuestro médico de cabecera.
El tratamiento a base de antibióticos comienza a tener efecto a partir de las primeras veinticuatro horas. Su acción se basa en matar las bacterias que hay en el organismo y al mismo tiempo, se reducen las posibilidades de contagiar a otras personas. Además, el sistema inmunológico se activa evitando que el cuerpo tenga otras infecciones, calmando el dolor y acelerando la curación.
Cuando la faringitis es vírica, es decir, que ha sido causada por un virus, el tratamiento se hace a base de medicinas antiinflamatorias que no contienen esteroides, antisépticos, anestésicos locales y descongestionantes. Estos remedios han de ir acompañados de una hidratación abundante y de alimentos blancos. Para aliviar las molestias de la garganta se pueden usar enjuagues o aerosoles.
Por lo general, los tratamientos para la faringitis no suelen tener una duración prolongada a menos que se hayan dado varios episodios en poco tiempo. En ese caso, se usan antibióticos de forma prolongada y a veces, incluso se llega a plantear una intervención quirúrgica para extirpar las amígdalas.
Remedios caseros para la faringitis
Por supuesto, también hay remedios naturales que podemos usar en casa para eliminar las molestias de la faringitis, especialmente el dolor de garganta.
- Mantener el cuerpo hidratado. Es importante beber líquidos, especialmente té con miel y limón que resultará muy útil para aliviar el dolor de garganta
- Hacer gárgaras con sal, usar un vaporizador o chupar caramelos de miel o limón son otros remedios que también pueden llegar a funcionar muy bien contra el dolor de garganta.
- Utilizar remedios y medicamentos que pueden adquirirse en farmacias como caramelos concretos para el dolor de garganta o aerosoles que la suavicen.
- Tomar infusiones de plantas medicinales como la salvia, el orégano, el laurel o la lavanda.
- Consumir alimentos con propiedades aniinflamatorias como los cereales integrales, la fruta, la cúrcuma, los frutos secos o el jengibre.
- Tomar vinagre de manzana, cuyas propiedades antibacterianas lograrán eliminar rápido la infección
- Es conveniente reducir los alimentos de procedencia animal como la carne y los lácteos porque son más difícils de digerir y obligan al cuerpo a trabajar más.
Cómo evitar la faringitis
Existen varias precauciones que podemos tomar para evitar la faringitis y ahorrarnos las molestias que causa.
- Evitar, en la medida de lo posible, compartir alimentos, bebidas, cubiertos o vasos con otras personas
- Tratar de no tener mucho contacto con personas enfermas, sean o no de faringitis
- Lavarse las manos con frecuencia antes de comer y después de toser, estornudar e ir al servicio.
- Usar desinfectante con alcohol cuando no tengamos a disposición agua y jabón para las manos
- Evitar fumar e inhalar el humo del tabaco de quienes fumen cerca de nosotros
- Llevar una alimentación saludable que incluya fruta fresca y verduras
- Protegerse la nariz y la boca en las épocas frías
- Evitar la exposición constante al aire acondicionado, especialmente si éste está muy alto
- No tomar bebidas que estén demasiado frías o demasiado calientes
- Usar un humidificador en el caso de vivir en un entorno seco
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Fuentes:
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