La faringitis viral es una de las causas más habituales del dolor de garganta. Consiste en la inflamación de la faringe debida a un virus y que provoca molestias y dolores que pueden aparecer en otras zonas además de la garganta.
Es prácticamente imposible prevenir una faringitis viral. Sin embargo, es conveniente lavarse las manos tras estar en contacto con alguien que sufra dolor de garganta y evitar besar o compartir utensilios para comer con personas que estén enfermas.
ÍNDICE DE CONTENIDO
Qué es la Faringitis Viral
La faringitis o dolor de garganta consiste en la inflamación, picazón, molestia o dolor en la garganta y también en la zona que se encuentra debajo de las amígdalas.
La faringe, al encontrarse al final de la boca, comunica el sistema respiratorio y digestivo con el exterior del cuerpo por lo que es muy susceptible a las contaminaciones que provengan del medio ambiente.
Puede tener varias causas y entre ellas, se encuentra algún tipo de virus especialmente cuando forma parte de una infección viral que puede afectar también a otros órganos como el intestino o los pulmones. El 80% de las faringitis tienen su origen en un virus, especialmente en niños menores de 3 años, mientras que el 20% restante se debe a bacterias.
El diagnóstico de la faringitis viral se realiza mediante un examen de la garganta. Además, se pueden realizar pruebas de laboratorio del líquido de la garganta en el que se descartará que la faringitis no está causada por la bacteria estreptococo del tipo A.
Para realizar estas pruebas, el médico debe obtener muestras del líquido de la parte posterior de la garganta mediante el uso de un hisopo estéril que frotará en la misma.
El médico puede llevar a cabo también la palpación de los ganglios linfáticos para comprobar si están inflamados así como la auscultación de la respiración del paciente.
Signos y Síntomas de la Faringitis Viral
Los síntomas de la faringitis viral comienzan de forma brusca tras un periodo de tres días de incubación. No tienen por qué aparecer todos los del listado ya que algunos de ellos dependen del virus que haya provocado la faringitis.
- Molestias al tragar saliva e ingerir alimentos.
- Fiebre y escalofríos
- Dolores musculares o articulares
- Dolor de garganta
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello que pueden mostrar también dolor y sensibilidad.
- Sequedad de garganta que provoca carraspera
- Dolor de cabeza
- Amígdalas rojas o inflamadas
- Voz ronca
- Irritación de la mucosa nasal que aumenta la mucosidad
- Conjuntivitis
- Diarrea
- Tos seca
- Desánimo y somnolencia
¿Qué Virus la Causan?
Son varios los procesos víricos por los que puede darse una faringitis. Los más habituales son los virus que provocan el resfriado común y la gripe, los adenovirus. Sin embargo, existen otros virus a los que prestar atención en este sentido.
- Adenovirus. Este tipo de virus suelen provocar infecciones en las vías respiratorias, conjuntivitis, cistitis hemorrágica y gastroenteritis. Es en el primer caso en el que la presencia de este virus puede conducir fácilmente a una faringitis.
- Rinovirus. Este tipo de virus son los responsables del resfriado común, existiendo más de 100 subtipos capaces de causar sus síntomas. Se contagian mediante la tos y los estornudos, pero también a través del contacto con superficies que hayan tocado personas enfermas. Por ello, es importante lavarse bien las manos cuando se está cerca de alguien que padezca un resfriado. Su distribución es universal, es decir, que puede afectar a cualquier persona con independencia de su edad, sexo u otras circunstancias. No existe vacuna contra el resfriado común por lo que su tratamiento se reduce a aliviar los síntomas.
- Virus parainfluenza o paragripal. Existen cuatro tipos, de los cuales el que afecta a los humanos es el tipo 2. Su zona de acción más frecuente es el tracto respiratorio, donde provocan infecciones como la faringitis, la rinitis, la sinusitis o la bronquitis, llegando a producir incluso combinaciones entre ellas como la rinofaringitis. Se corresponde con un resfriado común de gravedad leve que remite al cabo de una semana de forma espontánea. Su tratamiento se conduce al alivio de los síntomas.
- Virus respiratorio sincitial. Este virus causa infecciones del tracto respiratorio en personas de todas las edades y suele ser la causa habitual de infecciones entre los niños. No produce inmunidad así que una persona puede padecer infecciones por este virus más de una vez incluso en la misma temporada del año. Sus síntomas apenas pueden distinguirse de un resfriado común, aunque en personas con problemas en el sistema inmunológico puede llegar a provocar una bronquiolitis que puede requerir incluso hospitalización y en muy contadas ocasiones, la muerte.
- Mononucleosis. Esta infección viral tiene entre sus efectos el dolor de garganta, la fiebre y la inflamación de los ganglios linfáticos. Si esta enfermedad aparece durante la adolescente, puede transformarse en una mononucleosis infecciosa. No existe una cura conocida para esta afección así que los síntomas dolorosos pueden llegar a extenderse hasta dos meses. Se contagia mediante la saliva, la orina, las transfusiones sanguíneas y el contacto sexual. En ocasiones es asintomática por lo que es difícil prevenir el contagio. Es muy habitual entre niños pequeños.
- Sarampión. Se trata de una enfermedad muy contagiosa por lo que hay que tener especial precaución cuando alguien del entorno la padece. Es habitual especialmente entre los niños y se caracteriza por la aparición de manchas de color rojo en la piel, fiebre y debilidad general. No existe medicación para el sarampión pero sí se puede prevenir mediante una vacuna.
- Varicela. Por lo general aparece en niños de entre 1 y 10 años. Es menos frecuente en adultos pero en este caso, tiene mayor riesgo de complicaciones. Tiene un periodo muy largo de incubación que puede llegar hasta los 20 días tras el cual aparecen pequeñas heridas y costras en la piel. No tiene cura así que los remedios que se aplican se enfocan a aliviar las molestias que provocan sus síntomas. Es muy importante que el enfermo esté aislado para evitar contagiar a personas con riesgo como adultos, embarazadas, adolescentes o personas inmunodeprimidas.
- Virus de la inmunodeficiencia humana o VIH. Las personas que padecen esta enfermedad pueden contraer fácilmente una faringitis viral ya que este virus provoca el deterioro progresivo del sistema inmune. De hecho, un dolor de garganta demasiado prolongado puede ser una señal de infección por VIH. Su contagio se produce a través del contacto sexual, de la sangre y de la leche materna. No existe cura para el VIH aunque hay medicamentos enfocados a ralentizar el progreso de la enfermedad.
Remedios y Tratamientos
No existe un tratamiento concreto para la faringitis viral aunque se pueden tomar antiinflamatorios como el paracetamol que no solo aliviarán los dolores sino que también ayudarán a controlar los procesos de fiebre. Hay que tener en cuenta que el uso excesivo de pastillas o aerosoles pueden tener el efecto contrario al deseado.
Los antiinflamatorios como la prednisona pueden ayudar a tratar la inflamación de los ganglios linfáticos y las molestias que esto ocasiona.
No hay que recurrir a los antibióticos cuando el origen de la faringitis se debe a un virus ya que no tendrán efecto ninguno, al contrario de lo que se suele creer. De hecho, el uso de antibióticos durante un proceso viral tan solo ayudará a que las bacterias se vuelvan resistentes a los mismos.
Otra forma de aliviar los síntomas consiste en hacer gárgaras con una solución de agua tibia en la que se haya disuelto media cucharadita de sal. Este proceso puede repetirse varias veces al día.
También es recomendable consumir líquidos calientes, especialmente té con limón y miel o infusiones de hierbas que tenga efectos antiinflamatorios y analgésicos para aliviar el dolor de garganta.
Por el contrario, los líquidos muy fríos como el agua con hielo y los helados ayudan de la misma forma a suavizar las molestias que provoca la faringitis viral.
Es muy importante mantenerse hidratado mientras dure el proceso por lo que no solamente hay que beber mucha agua sino que también es conveniente mantener el ambiente húmedo con la ayuda de un humidificador si es preciso.
En el caso de que la persona que padezca faringitis viral sea fumadora, debe dejar este hábito. Además, mientras dure el proceso se recomienda no hablar demasiado ni usar un tono de voz alto. Hay que evitar los cambios bruscos de temperatura por lo que en invierno y verano es necesario tener especial precaución con la calefacción y el aire acondicionado.
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