La faringitis aguda es una enfermedad común que provoca molestias especialmente en la garganta ya que supone la inflamación de la faringe acompañada de enrojecimiento, úlceras, edemas o vesículas.
Aproximadamente un 80% son víricas, siendo el resto de origen bacteriano. De entre éstas últimas, un 30% afecta a niños de entre 3 y 15 años de edad.
Suele uno de los motivos más frecuentes en la consulta de medicina general y pediatría ya que una de sus consecuencias es el absentismo escolar y laboral debido a las molestias que causa (con una media de seis días de ausencia). Además, suele requerir la toma de antibióticos que necesitan receta médica.
ÍNDICE DE CONTENIDO
Qué es la Faringitis Aguda
La faringitis aguda consiste en la inflamación grave de la mucosa faríngea que, a menudo, se agrega a la inflamación general de la faringe en sí y de la garganta. Suele aparecer especialmente en primavera y en invierno.
Se trata de una enfermedad infecciosa por lo que se puede adquirir a través del contagio ya sea mediante el aire (por ejemplo, al toser o al estornudar) o por contacto directo.
Para diagnosticar correctamente la faringitis aguda, el médico realizará un examen de la mucosa faríngea. Ésta aparecerá enrojecida e inflamada y presentará una mucosidad dura y pegajosa. Además, los ganglios linfáticos, al estar inflamados, se detectarán con mucha facilidad.
Con este examen y ocasionalmente, la realización de pruebas de laboratorio, el doctor distinguirá la faringitis aguda de otras enfermedades como la rubeola, la escarlatina, el sarampión o la amigdalitis. Además, en el caso de observar una infección permanente en la faringe, se tratará de una faringitis crónica y no aguda.
Por lo general, los médicos hacen uso de los criterios de Centor para determinar si la faringitis aguda tiene un origen bacteriano estreptocócico. Para ello, tienen que darse estos cuatro síntomas:
- Fiebre de al menos 38º
- Placas con pus en las amígdalas o en la faringe
- Aumento doloroso de los ganglios cervicales
- Ausencia de tos
Cuáles son las Causas de la Faringitis Aguda
Existen varias causas que pueden llegar a provocar la aparición de la faringitis aguda pero destacan los virus, especialmente los siguientes:
- Virus de la gripe
- Rinovirus
- Virus corona
- Adenovirus
La faringitis aguda también puede tener causas bacterianas especialmente entre los niños, que además suelen ser portadores asintomáticos. Otro tipo de bacterias como las relacionadas con el síndrome de Lemierre que no hayan sido tratadas adecuadamente pueden dar lugar a abscesos en órganos como el hígado o los pulmones y a trombosis en la vena yugular. Por último, la bacteria Neisseria se transmite por vía sexual por lo que afecta a personas a partir de la adolescencia.
Durante la faringitis aguda se produce un gran debilitamiento del sistema inmunológico, lo cual favorece que aparezcan inflamaciones adicionales que pueden provocar superinfecciones bacterianas. Esto desembocaría en una faringitis bacteriana, que puede llegar a ser mortal.
Por último, existen causas no infecciosas relacionadas con el flujo gastroesofágico, los limites del sistema inmunológico, el déficit de vitaminas o el tabaquismo.
Señales y Síntomas de la Faringitis Aguda
La faringitis aguda suele comenzar de forma brusca y se alarga durante varios días. Dependiendo del subtipo de faringitis aguda, puede empezar en forma de catarro, con la inflamación de las amígdalas o con la inflamación de la campanilla. Este último caso requiere de acción inmediata pues si la campanilla se agranda demasiado, puede llegar a obstruir la respiración y causar asfixia.
El síntoma más notable de la faringitis aguda es un fuerte dolor de garganta que se incrementa ante la acción de tragar dificultando así la ingesta de alimentos.
Sin embargo, la faringitis aguda puede llegar acompañada de otros síntomas adicionales:
- Fiebre alta
- Nódulos linfáticos inflamados y sensibles al dolor
- Dolor de oído
- Inflamación de garganta
- Placas blancas o grisáceas en las amígdalas o la faringe
- Paladar blando
- Conjuntivitis
- Dificultad al respirar
- Malestar general
Niños de 3 meses a 1 año | Niños en edad escolar |
Irritabilidad, trastornos del sueño y de la alimentación, fiebre irregular, mucosidad nasal espesa o transparente, ronquidos, obstrucción nasal. | Fiebre alta, malestar general, enrojecimiento de faringe, paladar y lengua, dolor al tragar, presencia de placas en las amígdalas o la faringe, ganglios cervicales agrandados o con dolor, obstrucción nasal, respiración bucal, ronquido nocturno |
Remedios y Tratamientos
Por lo general, los casos de faringitis aguda, ya sean leves o medianos, se tratan de forma sintomática, es decir, que se busca principalmente aliviar los síntomas y las molestias que provocan. Por ello, generalmente el médico recetará medicamentos apropiados para eliminar el dolor de garganta y soluciones desinfectantes con las que hacer gárgaras.
Además, a este tratamiento se unen otras recomendaciones como:
- Dejar de fumar
- No consumir bebidas alcohólicas
- No comer alimentos picantes que puedan contribuir a la irritación de la mucosa faríngea
- Mantenerse hidratado bebiendo mucha agua y usando humidificadores si hiciera falta
Si hay fiebre alta y dolor general, se puede tomar paracetamol, ibuprofeno o ácido acetilsalicílico.
Remedios Caseros
Además de lo que recete y aconseje el médico, hay remedios caseros que pueden emplearse para aliviar las molestias y tratar de acelerar la curación.
- Alimentación alcalina. Cítricos, verduras en puré o ensalada, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, ajo y cebolla principalmente.
- Infusión de tomillo. Tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Su preparación consiste en añadir una cucharada de tomillo a un vaso de agua hirviendo y dejar reposar durante 10 minutos. Puede añadirse limón y miel para mejorar el sabor. Este remedio puede beberse o usarse para hacer gárgaras varias veces al día.
- Gárgaras de salvia. Sus propiedades antiinflamatorias ayudan a aliviar la garganta. Para prepararla hay que añadir un puñado de salvia al agua y cuando ésta empiece a hervir, apagar el fuego y dejar reposar 10 minutos. Después, se cuela la mezcla y se hacen gárgaras.
- Leche con miel y cúrcuma. Se trata de calentar un vaso de leche, añadir una cucharada de miel y una cucharadita de cúrcuma en polvo. Esta mezcla se puede tomar hasta tres veces al día.
- Vinagre de manzana y jengibre. Este tipo de vinagre tiene propiedades antibacterianas gracias a su acidez lo que sumado a la acción antiinflamatoria del jengibre da como resultado un excelente remedio para la faringitis aguda. En medio vaso de agua tibia hay que echar una cucharada de vinagre de manzana y una cucharada de jengibre picado. Después, se hacen gárgaras con la mezcla.
- Gárgaras con agua templada y sal. Es uno de los remedios más sencillos ya que son ingredientes que hay en todas las casas. Tras calentar un vaso de agua, hay que disolver en él una cucharada de sal y después, hacer gárgaras con la mezcla, nunca beberla.
- Infusión de equinácea. Se trata de una planta muy popular en Medio Oriente que comienza a usarse mucho en otras zonas. No es recomendable mezclarla con otras plantas pues puede perder parte de su efectividad.
- Sopas. Sin duda, se trata del remedio más clásico. El más recomendable es el caldo de pollo con verduras como cebolla, ajo o patatas. Eso sí, hay que procurar no tomarla demasiado caliente para no empeorar la irritación de la garganta.
- Vahos. En un recipiente de agua caliente se echan hierbas como manzanilla, eucalipto, limón o laurel y después, hay que inclinarse encima para aspirar el vapor por la boca y por la nariz. Es recomendable cubrirse la cabeza con una toalla para que el vapor no se desperdigue por la habitación y aprovecharlo lo máximo posible.
- Jarabe de cebolla. Para hacer este remedio, hay que cortar algunas cebollas medianas en trozos y cocinarlas a fuego lento en cuatro tazas de agua. Hay que dejar que hiervan hasta que el líquido tenga consistencia de jarabe. Para consumirlo, hay que diluir cuatro cucharas de esta mezcla en un vaso de agua tibia.
- Gárgaras con limón y sal. La naturaleza ácida del limón hace que este remedio sea perfecto para acabar con las bacterias y aliviar los síntomas de la faringitis. En un vaso de agua tibia se añade el zumo de un limón fresco y una cucharada de sal. Después, hay que mezclarlo y hacer gárgaras con el resultado varias veces al día.
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