En esta página aprenderás cómo usar un irrigador dental.
La limpieza y la higiene bucal es algo que se nos inculca desde pequeños, crecemos sabiendo que es necesario limpiar nuestros dientes a diario, luego de cada comida e incluso antes de dormir; esto utilizando cepillo de dientes, enjuague bucal y también hilo dental.
Sin embargo, hoy en día no es un secreto que se necesita más que eso para mantener una higiene dental realmente adecuada, sobre todo porque el hecho de eliminar los restos de comida que quedan entre los dientes, la placa bacteriana, limpiar la ortodoncia y la lengua, no siempre se puede realizar de forma 100% eficiente sin un aparato adicional a los implementos de limpieza dental convencionales.
Y aquí es donde entran en juego los irrigadores dentales, que como ya explicamos en una de nuestras entradas anteriores, se trata de equipos especialmente diseñados para la limpieza interdental, los cuales poseen un contenedor que expulsa el agua a diferentes niveles de presión, con la finalidad de eliminar los restos de comida, arrastrar la placa bacteriana, limpiar los brackets, etc.
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¿Cómo usar de manera correcta un irrigador dental?
Lo primero que debes saber es que independientemente de que compres uno u otro irrigador, la forma de utilizarlo será muy similar; la diferencia radicará básicamente en la versatilidad que pueda tener cada equipo, en cuánto a la variación de la presión, o los mandos y las boquillas que posea para limpiezas específicas.
Para usar un Irrigador Dental debes:
- Leer el manual de instrucciones para familiarizarte con las piezas, botones y funciones que incluye tu irrigador.
- La boca debe lavarse previamente de la manera que habitualmente se hace (cepillo de dientes e hilo dental).
- Llena el depósito de agua del irrigador y sí lo deseas agrega enjuague bucal para complementar la limpieza, recuerda que esto es algo opcional.
- Escoge la boquilla que se adecúe a la limpieza que deseas realizar y asegúrate de colocarla de forma correcta en el equipo, generalmente escucharás un «clic» cuando esto suceda.
- Selecciona la presión con la cual quieres comenzar a higienizar tu boca, para la primera vez es recomendable que utilices la presión más baja y con cada uso vayas adaptándola hasta encontrar la adecuada para ti.
- Ubica la punta del irrigador frente a tu boca, de forma tal que forme un ángulo de 90° con tus dientes.
- Enciende el irrigador y desplázalo entre tus dientes y encías, deteniéndote un poco en el espacio entre un diente y otro; esto debes hacerlo estando ligeramente inclinada hacia abajo y manteniendo tu dentadura cerrada, es decir, que sólo deberás abrir ligeramente los labios, para que así el agua corra por el lavabo.
- Una vez que termines la limpieza interdental, puedes repasar las zonas que consideres que lo necesitan o puedes utilizar el irrigador para masajear las encías, limpiar la lengua o utilizar alguna boquilla específica que venga con él.
- El tiempo recomendable para realizar una buena limpieza es de al menos 1 minuto y bajo ninguna circunstancia puede exceder los 2 minutos.
- Cuando hayas finalizado con la limpieza bucal, procede a apagar el irrigador, vaciar el agua que haya quedado en el depósito y secar el equipo.
Como ves no es nada complicado lo que debes hacer para mantener una higiene bucal adecuada con el uso del irrigador como complemento para la limpieza diaria; con que cumplas con estos pasos tendrás una boca limpia y saludable día tras día.
¿Cuáles son los beneficios de usar un irrigador dental?
El uso de un irrigador dental como complemento de la limpieza cotidiana de los dientes, no sólo nos ayuda a tener una higiene bucal adecuada, sino que tiene muchos beneficios más, que detallamos a continuación:
- Elimina el mal aliento, dejando una sensación de frescura en la boca.
- Elimina las bacterias presentes en la boca, contribuyendo así a evitar la aparición de sangrado, caries, periodontitis, placa bacteriana, sarro o alguna infección en las encías, las cuales suelen producirse por no tener hábitos de higiene bucal adecuados.
- Contribuyen en la reducción de la inflamación y sangrado de las encías, lo que es de suma importancia, ya que la salud de éstas nos garantiza mantener nuestra dentadura sana con el transcurso de los años.
- El uso consecutivo del irrigador ayuda a disminuir las manchas de los dientes, en consecuencia tus dientes lucirán mas blancos y sanos.
- Están especialmente indicados para personas con ortodoncias, pues con el chorro de agua a presión es capaz de limpiar a profundidad y eliminar los restos de comida que suelen quedar atrapados en los brackets y que se convierten en un dolor de cabeza para quienes los usan.
- Su utilidad en pacientes con implantes dentales también es innegable, pues este tipo de personas sufren para mantenerlos en buen estado, porque en muchos casos limpiar la zona entre los implantes y sus encías puede llegar a ser doloroso, además de que el no limpiarlos de forma correcta acarrea inflamación de los tejidos o infecciones, que conllevan a la pérdida del hueso.
- Se pueden ajustar a distintos niveles de presión, esto es algo que también se agradece, pues no todos tenemos la misma sensibilidad en las encías y lo que para algunos puede parecer normal, para otros puede resultar mucha presión y sentir que les maltrata las encías.
Como ves son muchos los beneficios de usar un irrigador dental como complemento para obtener una higiene bucal óptima, pero es importante tener claro que se trata de eso, de un complemento, es decir, que usar diariamente un irrigador dental, de ninguna manera sustituye el cepillado diario.
Como recomendación si quieres maximizar los efectos del uso de un irrigador, hay quienes le agregan algún tipo de enjuague bucal o colutorio, ya que esto ayuda a obtener mejores resultados, además de otorgarte una mayor sensación de frescura. También recomiendan los odontólogos que se utilice una vez al día, especialmente antes de dormir.
Si estás decidida a comprar un irrigador dental, pero aun no sabes con seguridad cuál es el mejor para ti, aquí te dejamos varias guías relacionadas: