La mordida abierta o mandíbula abierta afecta tanto a la estética del rostro de la persona que la padece como a las funciones del habla y de la masticación. Por suerte, se puede corregir mediante ortodoncia o cirugía aunque siempre dependerá de la edad de la persona y de la gravedad del caso.
Por ello, es recomendable llevar a los niños al dentista cuando tienen 6 años, momento en el que, si se detecta alguna malformación en las mandíbulas, se puede corregir para evitar problemas en el futuro.
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Qué es la Mordida Abierta
La mordida abierta consiste en una alteración facial que se caracteriza por no poder cerrar los dientes frontales o posteriores. Es decir, que no se hace contacto entre los dientes del maxilar superior con los del maxilar inferior, ya sean los frontales o los posteriores.
Tipos
Hay cuatro tipos de mordida abierta dependiendo de los dientes que se ven afectados por la misma.
- Mordida abierta anterior. Es la más frecuente. Se produce cuando la persona intenta cerrar la boca y sus dientes frontales no llegan a contactar.
- Mordida abierta posterior. Tiene lugar cuando la persona no puede hacer que contacten sus dientes posteriores, tanto los inferiores como los superiores.
- Mordida abierta lateral. Es consecuencia de la inexistencia de contacto entre los premolares. Por lo general está relacionada con los malos hábitos.
- Mordida abierta completa. Esta mordida abierta es la combinación entre la anterior y la posterior de manera que los molares son los únicos dientes que hacen contacto al cerrar la boca.
Causas
Existen dos causas principales para la mordida abierta:
- Malposición de los dientes. En este caso, la persona no puede cerrar las mandíbulas porque los dientes no están bien colocados. Se corrige mediante ortodoncia, ya sean con brackets o incluso con el método Invisalign.
- Malposición de los huesos de la mandíbula o el maxilar superior. Aquí el problema reside en una malformación de los huesos por lo que, si se trata de un niño en época de desarrollo se puede corregir con ortodoncia, pero en adolescentes y adultos se debe recurrir a la cirugía.
Se calcula que aproximadamente un 70% de los niños padecen algún tipo de desviación en la oclusión de los dientes
Otras causas de la mordida abierta son empujar los dientes con la lengua, respirar por la boca en lugar de por la nariz o la erupción ausente de algunos dientes posteriores. Para solucionar el problema de empujar los dientes con la lengua se puede usar una rejilla lingual que impide que la lengua se presione contra los incisivos a la hora de deglutir, corrigiendo así este hábito en los niños.
Además, no hay que desestimar el factor genético pues, a menudo, hay varios miembros de la misma familia que padecen esta maloclusión.
Consecuencias de la Mordida Abierta
La mordida abierta tiene principalmente dos consecuencias. Una de ellas afecta a la estética, pues la persona que la padece no puede cerrar la mandíbula correctamente. La segunda afecta a las funciones tanto de hablar como de masticar por lo que resulta especialmente molesta.
También puede afectar a la respiración y causar trastornos en la articulación temporomandibular. Esta última puede provocar dolores de cabeza, cuello o cara o bloqueos y chasquidos en la mandíbula debido al estrés físico que sufren los músculos y las articulaciones por la mala oclusión.
Por último, también hay que mencionar las consecuencias psicológicas que puede provocar la mordida abierta. El hecho de mostrar una sonrisa irregular que llama la atención debido a los huecos que se ven entre los dientes y el ceceo que causa puede causar problemas de autoestima que contribuyen a empeorar el bienestar de la persona.
Cómo corregir la Mordida Abierta
La corrección de la mordida abierta depende por un lado de la edad de la persona y, por el otro, de la gravedad de cada caso. Las dos soluciones posibles son la ortodoncia y la cirugía ortognática, las cuales se aplicarán según la situación.
Antes de tomar una decisión, el odontólogo deberá realizar un diagnóstico adecuado del caso en concreto para realizar un estudio en el que valorará qué tratamiento aplicar.
En algunos casos, además de ortodoncia y cirugía, la persona debe acudir a la consulta de un logopeda para corregir los defectos en el habla que le haya podido causar la mordida abierta. Esta parte del tratamiento es independiente de la edad de la persona aunque es cierto que da resultados más rápidos en los niños.
En niños
La corrección de la mordida abierta en los niños se puede realizar mediante ortodoncia interceptiva ya que, al estar en edad de desarrollo, se puede guiar el crecimiento de los huesos de la mandíbula para que se ajusten de forma correcta.
Los aparatos que se emplean en la ortodoncia interceptiva son de expansión maxilar y están diseñados para corregir el crecimiento de las mandíbulas. Suelen ir encajados en el paladar y están dotados de una rueda muy pequeña en el centro.
Este aparato ejerce presión hacia fuera para conseguir que la arcada dental se vaya ampliando poco a poco al tiempo que adquiere la curvatura adecuada para que se pueda producir la mordida de forma correcta y que los dientes se vayan colocando. De forma periódica y siguiendo las instrucciones del ortodoncista, se irá girando la rueda para que los hierros que forman el aparato se abran ampliando así la longitud de la arcada.
El expansor maxilar no causa dolor pero sí es posible que el niño sienta molestias y tenga dificultades para hablar especialmente en los primeros días. También pueden aparecer agujetas en las mandíbulas como consecuencia de la presión que los hierros ejercen sobre los huesos. Una vez que se acostumbre, el niño podrá hacer su vida normal sin molestias ni complicaciones.
En ocasiones, una vez que se ha corregido la maloclusión de los huesos, se recurre a otro tipo de ortodoncia en el caso de que haya que modificar la posición de algunos dientes que hayan podido quedar desviados.
En Adultos y Adolescentes
Cuando la persona que padece la mordida abierta es un adolescente o un adulto, hay que recurrir a la cirugía ortognática ya que, al estar desarrollados los huesos, no se puede modificar el crecimiento de los mismos para ajustar las mandíbulas.
Esta cirugía, por tanto, se realizará en los dos maxilares para poder posicionarlos de forma correcta mediante movimientos de traslación y de rotación. Tanto la estética como la funcionalidad mejorarán inmediatamente tras la cirugía, aunque hay casos en los que se debe recurrir también a la ortodoncia para terminar de colocar algunas piezas dentales que hayan podido desplazarse.
Este proceso quirúrgico se realiza bajo anestesia general, aunque en algunos centros emplean sedación y anestesia local, e implica un ingreso en el hospital de 24 o 48 horas según el caso, por lo que no causa demasiados trastornos en la vida cotidiana con excepción de los cuidados posteriores y recomendaciones que ofrecerá el cirujano.
Sin embargo, antes de recurrir a la cirugía se puede emplear la ortodoncia para tratar de corregir las mandíbulas. Los aparatos que se usan pueden ser brackets, ya sean metálicos, de zafiro o linguales, o alineadores transparentes Invisalign.
Cuando la mordida abierta tiene un carácter muy severo en adultos, se debe recurrir a una combinación de ambos tratamientos, es decir, la cirugía ortognática y la ortodoncia. En primer lugar, la persona usaría un aparato de ortodoncia para corregir la posición de los dientes durante un año. Después, se procedería a un procedimiento quirúrgico para modificar el tamaño y la posición de la mandíbula y del maxilar.
Una vez que se ha llevado a cabo la cirugía, la persona debe volver a llevar ortodoncia para terminar de corregir la posición de los dientes una vez que se han ajustado los huesos del maxilar y la mandíbula.
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La mordida abierta es una maloclusión que impide que las mandíbulas se cierren correctamente haciendo que los dientes no hagan contacto creando huecos vacíos entre ellos. Esto, además de afectar al aspecto estético de la persona, provoca otros inconvenientes como problemas en la respiración o dificultades para masticar y para hablar.
Por suerte, este problema se puede corregir mediante ortodoncia, cirugía o una combinación de ambas dependiendo de la edad del paciente. La solución es mucho más sencilla en los niños por lo que se recomienda tratar de detectar este problema de forma precoz evitando así complicaciones más graves en el futuro.
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