¿Te llaman la atención las Carillas Dentales de Porcelana? Primero lee esto
Las carillas dentales son un tratamiento de estética que se utiliza para solucionar defectos en la forma, color y colocación de los dientes. Consisten en finas láminas que cubren el diente natural ocultando así cualquier desperfecto y mejorando el aspecto físico del rostro en general.
Estas carillas pueden fabricarse en distintos materiales pero por lo general, aunque son más costosas, los pacientes suelen optar por las carillas de porcelana. A continuación veremos por qué.
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¿Qué son las carillas de porcelana?
Las carillas son uno de los tratamientos de estética más personalizables que existen actualmente en el campo de la odontología estética ya que prácticamente permite diseñar una sonrisa al justo del paciente.
Gracias a las carillas, se puede modificar prácticamente cualquier aspecto que no nos guste de nuestros dientes desde su forma y el color hasta su posición y tamaño. Lo bueno es que, además, este cambio estético puede realizarse en un tiempo récord, menos de un mes, y sin la necesidad de atravesar un proceso tedioso.
De hecho, es una opción de cambio estético a la que recurren muchas celebridades de la televisión, el cine y la música para cuidar su imagen de una forma rápida, sencilla y sobretodo, efectiva.
Las carillas de porcelana, por tanto, son finas láminas de este material que se colocan en la parte visible de los dientes para ocultar defectos de los mismos.
Por lo general, aunque solo se pretenda corregir el aspecto de un diente, es raro que un odontólogo coloque solamente una carilla ya que sería difícil igualar el color con el resto de dientes naturales. Por ello, es habitual que se sugiera al paciente poner cuatro carillas, normalmente en los incisivos frontales y los superiores laterales, es decir, justo los dientes que hay entre los caninos o colmillos y que son los que están más a la vista.
¿Cuándo se usan las carillas?
Las carillas dentales pueden usarse para resolver prácticamente cualquier problema estético relacionado con los dientes. Hay que tener claro que no sirve para solucionar problemas relacionados con la salud bucodental sino solamente estéticos.
Los casos en los que se recurre a las carillas son:
- Dientes astillados o fracturados
- Dientes con grietas
- Dientes descoloridos o que muestran manchas amarillentas o grisáceas
- Dientes torcidos (si están demasiado torcidos, las carillas no son efectivas y es necesario recurrir a la ortodoncia)
- Dientes que muestran huecos entre ellos demasiado evidentes
- Dientes asimétricos ya sea a lo largo o a lo ancho
- Dientes demasiado cortos
- Sonrisas altas, es decir, aquellas en las que queda a la vista una gran porción de encía
- Dientes descolocados, es decir, que no están en línea
Contraindicaciones
Existen casos muy concretos en los que las carillas de porcelana no son recomendables como solución estética. Uno de ellos es en personas que padecen bruxismo pues la presión a la que se somete a los dientes podría hacer que la carilla se rompiera o se cayera. Tampoco se colocan en personas que practican deportes de contacto (por ejemplo, artes marciales) ni en aquellas que usen respiradores bucales.
Tampoco se usan en los casos en los que apenas quedan restos de dientes pues es más recomendable colocar una corona dental. Si el paciente tiene una mala higiene bucodental tampoco se colocan las carillas pues no se podrán garantizar sus resultados.
Por último, si existe alguna enfermedad periodental, es decir, relacionada con las encías, se recomienda tratar primero dicha enfermedad antes de colocar las carillas.
Tipos de carillas de porcelana
Dentro de las carillas de porcelana, también conocidas en ocasiones como carillas de cerámica, podemos distinguir varios tipos que debemos conocer a la hora de escoger cuál nos vamos a poner.
- Ultrafinas: sin duda son prácticamente las mejores que existen en el mercado hoy día. Las ventajas que tienen respecto al resto de carillas de porcelanas es que a pesar de ser ultrafinas, como indica su nombre, también son muy resistentes por lo que ofrecen una gran garantía de durabilidad. Además, se adaptan muy bien al diente y en la mayoría de los casos el tallado del mismo no es necesario. Dentro de esta categoría hay dos marcas, Lumineers y e.max, que se adaptan prácticamente a cualquier caso.
- Zirconio: este tipo de carillas de porcelana tiene que usarse en los casos en los que el paciente tiene un perno metálico que no es posible quitar. El problema que presentan estas carillas que incorporan zirconio es que son gruesas y opacas para que el metal no se transparente. Esto hace que el resultado sea bastante poco natural respecto a las ultrafinas y por eso no se utilizan a no ser que no haya otro remedio.
- Feldespáticas: este era el tipo de carillas de porcelana que se ponía hace tiempo y que cada vez se usa menos, especialmente desde que aparecieron las ultrafinas, ya que son menos resistentes.
Lectura Recomendada: Cuál es el Precio de las Carillas Dentales.
El proceso de fabricación
Las carillas de cerámica se fabrican en un laboratorio una vez enviadas allí las muestras y medidas del paciencia. Las carillas suponen un trabajo minucioso y pormenorizado que se hace de forma personalizada para cada paciente.
Lo primero que se hace es un estudio estético mediante fotografías de la sonrisa. Con estas imágenes se pueden tomar los parámetros faciales y dentales del paciente para hacer un análisis completo y elaborar un «antes y después» de la sonrisa. Así, el paciente puede diseñar la sonrisa que quiere.
A continuación y a través de las impresiones convencionales, se realizan los modelos que servirán para poder fabricar las carillas. Las primeras se hacen en cera para poder probárselas al paciente y comprobar que las medidas están bien hechas.
Después, se colocan las carillas provisionales para que el paciente se haga una idea de cuál será su aspecto una vez que tenga las definitivas. Estas carillas provisionales suelen estar fabricadas con composite, el otro material habitual en la fabricación de carillas dentales. Es el momento además para comprobar si es necesario realizar algún ajuste de última hora y para que el paciente se asegura de que es exactamente lo que desea.
Tras esta prueba, se vuelven a tomar impresiones que se envían al laboratorio para que fabriquen las carillas de porcelana definitivas. Cuando se envían a la clínica, el paciente se las prueba y el dentista comprueba que todo sea correcto. En este momento las carillas se pegan con un material provisional y una vez que todo está correcto por parte del paciente y del odontólogo, se pone el cementado definitivo para fijar las carillas.
Ventajas de las carillas de porcelana
Hay una serie de motivos por los que la mayor parte de la gente elige ponerse carillas de porcelana. Además, son también las que recomiendan los odontólogos.
- No es necesario tallar el diente. En la mayor parte de los casos, la carilla se puede adaptar perfectamente sin tener que alterar el diente natural.
- Tienen una gran durabilidad. Aunque depende siempre de las costumbres que tenga el paciente (consumo de alcohol y café, tabaco, etc), las carillas de porcelana pueden llegar a durar entre 10 y 15 años.
- El tratamiento no es doloroso. Dado que la carilla se pone sobre la parte visible del diente, no es necesario tocar el nervio o cualquier otra parte que produzca dolor. Sí hay procesos como el tallado o la toma de impresiones que pueden resultar desagradables en los que se puede utilizar anestesia local.
- No provocan ningún tipo de rechazo ya que son biocompatibles.
- No son invasivas ya que no modifican la posición del diente.
- El mantenimiento es sencillo ya que tan solo requiere mantener la misma higiene dental que unos dientes naturales y las revisiones habituales en el dentista. No hay que hacer nada más.
- La variedad de tonos que se pueden conseguir con la porcelana hacen que se pueda conseguir el tono exacto del resto de la dentadura para conseguir un resultado aún más natural.
- No se decolora ya que la porcelana no absorbe fluidos ni se ve alterada por alimentos y bebidas
Cuidados de las carillas de porcelana
Como hemos indicado antes, ésta es una de las grandes ventajas de este tipo de carillas y es que no necesitan un mantenimiento especial más allá que el de una dentadura normal, es decir, cepillarse los dientes al menos dos veces al día y realizarse las revisiones ordinarias en el dentista.
Quizá sí haya que tener algunas precauciones especiales para evitar que las carillas se despeguen o incluso se rompan. Por ejemplo, es conveniente evitar morderse las uñas y eliminar costumbres como la de abrir botellas con los dientes ya que actos así pueden hacer que la carilla se desprenda.
También conviene tener cuidado con los alimentos duros como huesos, semillas o cáscaras pues podrían favorecer la caída de las carillas.
En el caso improbable de que una de estas carillas de porcelana se caiga o se rompa, puede solucionarse. Sin embargo, esto pasa porque hay que retirar la carilla, enviarla al laboratorio para su reparación y volver a colocarla después en la clínica. Es decir, el arreglo no puede hacerse en el momento por lo que es importante tener cuidado y no poner en riesgo las carillas de porcelana.
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